
Ambas esculturas tienen unas dimensiones de cerca 60x60 centímetros y se hallaban enterradas a aproximadamente 1,3 metros de profundidad.
Una de ellas, encontrada el 9 de enero, tenía forma de hombre con cabeza de víbora, había sido utilizada para cimentar un edificio colonial y todavía presentaba restos de pintura de color rojo.
La otra, de características similares, fue descubierta el 17 de diciembre.
Una persona del INAH se dedica especialmente a supervisar cualquier hallazgo de este tipo que tenga lugar en el centro histórico de la Ciudad de México, ya que éste se encuentra sobre los restos de la antigua Tenochtitlan, la capital azteca que fue destruida por los españoles durante la conquista.
Fuente: AFP.
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