miércoles, 20 de agosto de 2008

Descubren el mayor sitio arqueológico de la edad de piedra en el Sahara.

Arqueólogos estadounidenses descubrieron por casualidad el mayor cementerio conocido de la edad de piedra en el Sahara, que aporta datos sin precedentes sobre la vida en este desierto durante su periodo húmedo.
Bautizado Gobero, este sitio arqueológico de gran riqueza que se remonta a 10.000 años se sitúa en el desierto del Teneré, en la parte central del Sahara en Níger, contiene esqueletos humanos y de animales, entre los cuales grandes peces de lago y cocodrilos de muy gran tamaño.
Ubicado cerca de las márgenes de un antiguo lago, el sitio estaba inmaculado y sin dudas nunca había sido explorado, explicó Paul Sereno, paleontólogo de la Universidad de Chicago (Illinois, norte), que realizó el descubrimiento junto a un equipo de investigadores cuando trabajaban en ese sitio rico en fósiles de dinosaurios.
"Por todos los lugares donde mirábamos había osamentas pertenecientes a animales que no viven en el desierto y entonces me di cuenta que nos habíamos remontado en el tiempo a la época del Sahara verde y húmedo", comentó en un comunicado.
Los científicos pudieron ver decenas de osamentas humanas fosilizadas que se asomaron a la superficie gracias al viento caliente del Sahara, como una mandíbula con casi todos sus dientes y el esqueleto de una pequeña mano que salía de la arena con los huesos de los dedos intactos.
Además de osamentas humanas y de animales, los arqueólogos encontraron puntas de arpones, instrumentos de piedra, fragmentos de alfarería y pequeños objetos decorativos.
En total, unas 200 sepulturas fueron descubiertas en dos sesiones de exploración financiadas en parte por la Fundación estadounidense de National Geographic. El hallazgo es objeto de un artículo en el ejemplar de septiembre de la revista National Geographic.
Los análisis por radiocarbono efectuados en dientes y osamentas, por parte del bio-arqueólogo Chris Stojanowski, de la Universidad de Arizona (suroeste), permitieron obtener casi 80 dataciones que revelan que estas tumbas contenían a miembros de dos poblaciones biológicamente diferentes separadas por más de un milenio.
La más antigua, los Kiffian, que podían medir hasta 1,80 metros, eran cazadores que colonizaron esta región del Sahara durante su periodo más húmedo hace 10.000 a 8.000 años. Se encontraron indicios de su actividad, como largas varas con arpones.
La otra población, los Tenereen, ocupó el sitio hace 7.000 a 4.500 años, lo que corresponde a la última parte del periodo húmedo del Sahara. De talla menor, parecían tener actividades más diversas como la pesca, la caza y la cría de animales.
En sus tumbas se descubrieron varias joyas. Los cuerpos hallados estaban dispuestos según ritos particulares, como el esqueleto de una pequeña mujer descansando sobre su costado y de frente a los esqueletos de dos niños pequeños que mantenía abrazados.
Antes de descubrir este tesoro arqueológico, Paul Sereno había reconstituido en esta misma región el esqueleto del 'Sarcosuchus imperator' (cocodrilo emperador), uno de los cocodrilos más grandes del mundo, actualmente extinto, que reinaba en los ríos africanos del Cretáceo Medio, hace 110 millones de años. Más recientemente había descubierto el 'Nigersaurus', dinosaurio herbívoro dotado de una mandíbula con 500 dientes y que vivió en el mismo periodo.
El Sahara, el desierto más grande del planeta con una edad estimada de siete millones de años, fue húmedo durante varios miles de años hace 12.000 años probablemente tras un ligero cambio en la órbita terrestre, combinado a otros factores que provocaron un desplazamiento de los monzones hacia el nor.
Fuente: AFP

Hallan un yacimiento argárico bajo las milenarias piedras del castillo de Burgalimar.

El castillo de Burgalimar en Baños de la Encina (Jaén), considerado uno de los dos más antiguos de Europa junto al de la ciudad italiana de Florencia, esconde bajo sus cimientos restos de un asentamiento de la edad del Bronce relacionado con la Cultura del Argar.
Las excavaciones arqueológicas realizadas en el interior de la fortaleza, construida en el 968 a.C. por Alhakam II siguiendo una política de reforzamiento del poder central musulmán en Córdoba, han acabado hace unos días y han sacado a la luz diversos materiales y restos estructurales que han sorprendido a los arqueólogos.
Sebastián Moya, director de la excavación, ha explicado a Efe que lo que más les ha impresionado, porque han obtenido datos que no tenían claros, es la aparición de niveles estructurales y restos de uno o dos recintos amurallados, que evidencian que en el cerro del Cueto, bajo la fortaleza, existió un asentamiento de la edad del Bronce relacionado con el de Peñalosa.
El yacimiento de Peñalosa, situado también dentro del municipio de Baños de la Encina, se había convertido en uno de los pilares sobre los que se sustentaban las hipótesis explicativas sobre la argarización del Alto Guadalquivir.
El asentamiento del Castillo de Burgalimar tendría el doble de extensión que el de Peñalosa, y proporcionaría datos sobre una de las culturas más importantes de la antigüedad del Mediterráneo Occidental y que durante su existencia, a lo largo del segundo milenio a.C., ejerció un importante influjo en el resto de las culturas peninsulares.
Durante las excavaciones también se ha evidenciado la existencia de una fase ibérica con un oppidum del siglo IV, un mausoleo de época romana y después una fase medieval.
Esta superposición de civilizaciones en el lugar es lógica según Moya, ya que es una zona estratégica de Sierra Morena con el que se controlaba los poblados de interior del Valle del Guadalquivir.
El castillo de Burgalimar, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931, recibió su nombre del original musulmán Burch al Hamman ("castillo de baños") y pertenece al periodo califal.
La fecha de construcción era conocida por una placa encontrada en el recinto pero estos datos se reforzarán gracias al estudio de los materiales encontrados en las excavaciones y a la prueba del Carbono 14, cuyos resultados podrían estar en octubre, después de que se hayan enviado a Estados Unidos siete muestras de madera de la Torre del Homenaje.
Conquistado y reconquistado varias veces hasta su definitiva apropiación por Fernando III, cuenta con catorce torreones y la Torre del Homenaje y parece mantener su carácter militar hasta el siglo XVII, después fue usado como recinto ganadero y desde finales del siglo XIX y hasta el 1928 en cementerio municipal, utilizándose incluso el interior de las torres como criptas familiares y adosando los nichos a las murallas.
La intervención arqueológica que ha finalizado ahora comenzó a finales de octubre de 2007 para eliminar por completo el cementerio municipal y realizar sistemas de drenaje que eviten el deterioro del interior del castillo.
En total se espera que se inviertan más de dos millones de euros en el castillo entre 2007 y 2010, fundamentalmente para evitar la degradación del interior del mismo, pero también en algún proyecto para mejorar la interpretación y visita de este monumento.
Ahora es el momento del estudio de los materiales hallados en las excavaciones: cerámicas, capiteles y lápidas romanas, piezas metálicas de uso diario de la edad del cobre y del bronce..., la publicación de los datos recabados no podrá estar antes de un año, aunque antes saldrán los informes pertinentes, según Moya.
Fuente: EFE